viernes, agosto 06, 2004

Siemens, entre los nuevos negocios y el juicio por los DNI

Ahora apunta a la infraestructura energética y sigue adelante con una demanda ante un tribunal arbitral internacional por US$ 500 millones contra el Estado argentino por la rescisión del contrato para la confección de los nuevos DNI

Siemens, entre los nuevos negocios y el juicio por los DNI

Si hubiera que definir la situación de Siemens en el país con una sola palabra, habría que calificarla de contradictoria. Por un lado, la compañía alemana de telecomunicaciones, energía y soluciones informáticas está en conversaciones con el Gobierno para reactivar las obras de la central atómica Atucha II –donde participa como socia minoritaria de la firma contratista, la francesa Framaton– y para ofrecer su know how en la construcción de plantas de energía eléctrica llave en mano, en un eventual plan de infraestructura. Por el otro, sigue adelante con una demanda ante un tribunal arbitral internacional por US$ 500 millones contra el Estado por la rescisión del contrato para la confección de los nuevos DNI.

El encargado de hacer equilibrio entre dos situaciones tan disímiles fue Uriel Sharef, miembro del directorio y responsable del área América de Siemens, un israelí que habla muy bien español y que ya ha estado anteriormente en la Argentina para encontrar una solución al conflicto de los DNI.

El ejecutivo se reunió anteayer con el ministro de Planificación, Julio De Vido, y ayer tenía previsto encontrarse con el presidente Kirchner, algo que finalmente no ocurrió (ver sección Política, Pág. 10). "Una de las tareas de una empresa que trabaja en 190 países es mirar hacia el futuro y buscar oportunidades conjuntas de solucionar cualquier problema del pasado", dijo ayer Sharef a LA NACION.

"La semana pasada conseguimos un contrato de servicios de mantenimiento para Central Costanera y anteayer el ministro De Vido confirmó claramente el interés del Gobierno en finalizar Atucha II, donde reiteré la voluntad de Siemens de colaborar –agregó–. Lo importante es ver cuáles son las condiciones técnicas necesarias para terminar la obra, paralizada desde 1996, y cuál será el costo. Eso lo determinarán los técnicos de Framaton, ya que Siemens dejó de participar en el sector nuclear y es socia minoritaria en el proyecto."

Sharef dijo que el hecho de que el país haya roto el contrato para hacer los DNI, actualizar los padrones electorales e informatizar el control fronterizo, que el gobierno del ex presidente Carlos Menem firmó con Siemens en 1998, no impide que la compañía siga interesada en hacer negocios en el país. "Hay que diferenciar entre inversiones y asuntos que pasan por los tribunales. La Justicia va a tomar sus determinaciones y espero y estoy seguro de que esas decisiones serán aceptadas por los entes argentinos respectivos", afirmó el ejecutivo.

El ahora canciller Rafael Bielsa había sido uno de los principales críticos del contrato entre el Estado y Siemens por los DNI cuando lideraba la Sindicatura General de la Nación (Sigen). Sharef relativizó el impacto que esto podría traer para los negocios de la empresa. "No voy a hacer comentarios sobre política ni sobre personas. Somos flexibles como para adaptarnos a cualquier situación y tratar de buscar el mejor entendimiento", dijo, conciliador.

Ante la consulta de LA NACION de si el gobierno de Kirchner podría pedirle a la empresa que suavizara o retirara el reclamo de indemnización a cambio de nuevas prestaciones al Estado, Sharef lo negó. "Nunca nos pidieron hacer eso y creo que nunca lo van a hacer; con De Vido ni hablamos de la demanda. Vamos a ver qué decide el tribunal y después nos atendremos todos a esa decisión."

Por último, el directivo prefirió referirse a los negocios que trajo la recuperación económica: modernización de plantas industriales, tecnología GSM para telefonía celular y tercerización de servicios, como los call centers.


Fuente: La Nación

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