Sistemas ERP de bajo costo permiten a las empresas argentinas administrarse mejor y enfrentar los vaivenes de un país imprevisible. Así lo cuenta Clarín.
Para vivir sin stock
Sistemas simples y de bajo costo permiten reducir los inventarios, aumentar la rotación de las mercaderías y mejorar notablemente el flujo de caja.
Debajo del escritorio de Alberto Grimoldi hijo descansa un paralelepípedo gris de cuarenta centímetros de largo, treinta de ancho y otro tanto de altura. Es un masajeador de pies que Grimoldi le trajo a su mujer de Estados Unidos, que ella no usa, y que logra —desde que puebla la oficina— un efecto particular: el de mantener descalzo a uno de los dueños de la fábrica de calzado casual más importante de la Argentina.
"Pensé en poner uno por local; pero la idea no prendió", cuenta Grimoldi con desazón. La que sí prendió, sin embargo, fue otra idea más innovadora y arriesgada: la de transformar la fábrica de zapatos que fundara el padre de su bisabuelo en una empresa de calzado just-in-time.
"Desde 2002, cada par de zapatos que alguien compra en nuestros locales, se reemplaza en el acto", asegura. "Nuestro negocio es rotar rápido el stock, y esto lo vimos claro con la devaluación".
La crisis limitó el acceso al crédito. Bajar los costos operativos se transformó, entonces, en una premisa. "Entre 2002 y 2003, gracias a nuestro sistema Wave, redujimos nuestros stocks un 30% y destinamos esa plata inmovilizada —4 millones de pesos— a nuestros proveedores".
Wave —un desarrollo propio de Grimoldi sobre Microsoft SQL Server— hace un seguimiento de cada zapato desde que llega a los depósitos hasta que se vende. Conecta el depósito con los pedidos de los clientes, arma los despachos y envía un mail al comprador avisándole el momento en que sus zapatos están en camino.
Gracias a Wave, Grimoldi redujo su stock en los últimos tres años de 600 mil pares a menos de 400 mil. "También bajamos el costo de manejo en depósito por par de U$S 1,5 a U$S 0,75".
En tren de buscar modelos, el empresario asegura que los pioneros en este tipo de implementación son los supermercados.
"Nosotros lanzamos Genesix en 1996", cuenta José Domínguez, gerente de IT de Carrefour. El programa realiza un seguimiento de los productos desde que ingresan a Carrefour y Norte hasta que se venden, se descartan o, incluso, son robados.
Cada noche, Genesix evalúa las ventas de las sucursales y envía el pedido de reposición al centro de distribución. En 2000 Carrefour empezó a utilizar un EDI (Electronic Data Interchange), que hasta ahora pudo aplicarse al 85% de las órdenes a los proveedores. Este "digitalizador", transforma los pedidos de mercadería en mensajes electrónicos y reduce el almacenamiento de productos de 30 a sólo 14 días.
"Así, además, optimizamos los flujos financieros —comenta Dominguez. Con nuestro volumen de operaciones necesitamos buen nivel de cash flow".
También CCU (Compáñía Cervecerías Unidas), dueña de Cervezas Santa Fe, decidió aniquilar sus stocks. Pero la empresa, de capitales chilenos, dio un paso más en el proceso.
"En Chile creamos un portal de proveedores con base de People Soft", explica Mario Fernández, gerente de sistemas. "Así, los mismos proveedores son dueños y administradores de los materiales en nuestras bodegas".
Los proveedores de CCU conocen, además, los ritmos de producción de la empresa con el fin de adecuar los propios. Sólo este proceso redundó en un ahorro de 150.000 dólares en 36 meses.
"Les pasamos datos de dos semanas a firme y el resto son planes de producción", explica Fernández y agrega: "queremos incorporar las plantas de Salta y Santa Fe al portal. Pero primero tenemos que estudiarlo bien". De hecho, conjetura, al comienzo podría resultar trabajoso ya que esta lógica productiva no está demasiado difundida localmente.
Fuente: Clarín
lunes, noviembre 17, 2003
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