martes, diciembre 21, 2004

La pírrica victoria de Hollywood sobre BitTorrent

Duro golpe a la comunidad de intercambio BitTorrent

Pírrica victoria de Hollywood sobre BitTorrent

Aprende de los errores ajenos, dice el sabio; no da tiempo a cometerlos todos, y el error ajeno siempre es el más barato. No para los abogados de algunas de las patronales más poderosas del mundo. Tras el 'resonante éxito' que le ha supuesto a la industria fonográfica su campaña de intimidación judicial, Hollywood ha decidido ahorrarse el aprendizaje y repetir el error ajeno.

Una campaña de alcance mundial ha conseguido cerrar simultáneamente varios de los nodos principales a partir de los cuales se organizaban las redes de intercambio de ficheros BitTorrent, que la industria cinematográfica considera una amenaza porque la gente los usa (por su velocidad) para intercambiar películas. El coreografiado cierre ha desperdigado de un golpe a la comunidad de intercambio BitTorrent, y la industria lo celebra como una victoria. No han aprendido nada: el mismo error lo cometieron las fonográficas con Napster, y lo están lamentando.

Lo último que debes hacer para exterminar termitas es darle una patada al termitero. Sólo consigues cabrear a las termitas y dispersarlas, haciendo mucho más difícil su aniquilación. Esta lección de estrategia elemental, ilustrada por lo ocurrido con la industria fonográfica y Napster, parece haber eludido a los abogados de la industria cinematográfica estadounidense. De un plumazo se han cargado su mejor esperanza de cooptar a una parte de las redes de intercambio de ficheros en la Red para sus propios fines, y han proporcionado a sus enemigos el incentivo para crear redes mucho menos susceptibles a los ataques legales. Es la definición de una victoria pírrica: aquella en la que ganar la batalla te supone tantas bajas que te pone al borde de perder la guerra.

Y vale que te ocurra una vez, pero ¿dos? ¿Cuántas veces es capaz la industria editorial de tropezar en la misma piedra?.

Muchas, parece. Los servidores que los abogados de Hollywood han conseguido eliminar de la Red centralizaban el intercambio de películas. Ésto los hacía vulnerables desde el punto de vista legal, y también especialmente interesantes desde el punto de vista de negocio. Porque al igual que Napster en su momento, podrían haber sido cooptados. Si la industria cinematográfica los hubiese comprado, o de alguna manera se hubiese asociado con ellos, habrían podido trabajar para beneficiarse del intercambio de películas, en lugar de intentar directamente su eliminación.

Pero no: era más sencillo usar el mazo que el bisturí. Las fonográficas hicieron lo mismo con Napster: primero lo machacaron, y cuando ya estaba muerto, lo compraron y trataron de desarrollar un sistema de venta de música en la Red que del antiguo tan sólo tenía el nombre. No funcionó.

La aniquilación de Napster tan sólo dispersó a sus usuarios e impulsó la creación de numerosas alternativas tecnológicas (Kazaa, Audiogalaxy, eDonkey, Gnutella) diseñadas específicamente para dificultar su persecución legal. Poco después de la defenestración de Napster, el P2P había recuperado su nivel anterior o incluso crecido. Pero esta vez la RIAA se vio obligada a demandar directamente a los usuarios: un proceso mucho más lento y caro, además de políticamente tóxico.

Este proceso es el que va a repetirse con las películas. La latente amenaza de Hollywood ya había impulsado a los responsables de SuprNova.org, una de las páginas cerradas, a iniciar el desarrollo de Exeem, una versión descentralizada (y por tanto legalmente menos vulnerable) de BitTorrent. Es previsible que esta tendencia se acelere, y que en pocos meses haya varias nuevas tecnologías cuyos servidores sean inasequibles a la demanda judicial. Eso dejará a Hollywood exactamente donde están las fonográficas: en el penoso trámite de demandar a tus mejores usuarios para hacer de ellos público escarmiento.

Y este vez no podrán decir que no sabían lo que iba a pasar. Ya lo han visto. Les ocurra lo que les ocurra (y no va a ser bonito), se lo habrán ganado. A pulso.


Fuente: Navegante

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