jueves, diciembre 09, 2004

La nueva generación que creció con la internet la perfecciona

Una nota de "color" que refleja las nuevas pautas de uso de Internet en los países con mayor acceso.

La nueva generación que creció con la internet la perfecciona

Aun cuando duerme, Scott Kearnan está conectado con la internet. Lo único que hace es bajar el volumen de su computadora para que no lo despierte el timbrazo de un mensaje instantáneo en la madrugada.

"Para mí se ha convertido en algo parecido a un teléfono. Puede sonar en cualquier momento", dice el joven de 22 años residente en Mendon, Massachusetts, que trabaja para una firma promotora de máquinas de búsqueda en la red. "Si no lo tengo, me siento perdido".

Para William Herbert, de 21 años, la internet ha reemplazado los informes meteorológicos de periódicos y televisión (consulta Weather.com todas las mañanas). Paga sus cuentas "en línea" y también por esa vía se matricula en clases, hace reservaciones de pasajes, consulta los programas de televisión, compra entradas para el cine e inquiere instrucciones de viajes.

"Mis padres, cuando viajan, se guían por un folleto impreso enviado por correo. ¿Se imaginan? ¿Pedir instrucciones de viaje por correo?", comenta Herbert, estudiante avanzado en el Instituto Politécnico de Worcester en Massachusetts que estudia negocios y diseño de la carretera informática.

Es un indicio más del camino que ha recorrido la internet, y de cómo la nueva generación "que no ha conocido la vida sin ella" la da por sentada, observa Malcolm Bird, director de los servicios de America Online para niños y adolescentes.

Los jóvenes se manejan como peces en el agua con los nuevos avances tecnológicos y probablemente tanto se apresuran a exigir una conexión veloz de banda ancha como a descargar música en un iPod, o a cargar fotografías digitales en sus espacios en la red.

La internet ha configurado su manera de encarar el trabajo, la diversión y aun las citas sentimentales. Ha creado para ellos una noción diferente de comunidad y nuevos canales de expresión que son, en el mejor de los casos, liberadores y divertidos, pero que también pueden convertirse en un foro de mezquindades y ocasionalmente de explotación delictiva.

"Los estudiantes están conectados constantemente con otros estudiantes, amistades y familiares de un modo que jamás habrían imaginado las generaciones anteriores", afirma Steve Jones, director del departamento de comunicaciones en la Universidad de Illinois en Chicago e investigador del Pew Internet & American Life Project (Proyecto Pew de la Vida Estadounidense & la Internet).

Más que en cualquier generación anterior, la juventud de hoy está inmersa _todo el tiempo_ en un mundo de comunicaciones e informaciones.

Suhas Sridharan se familiarizó con la internet en el sexto grado de la primaria en Carolina del Sur. En esos días, solía abrir los juegos del portal de Disney. Al llegar a la secundaria investigaba sus deberes para la escuela y revisaba su correo electrónico diariamente.

Ahora la joven de 17 años ingresó en la Universidad Emory donde los estudiantes están interconectados con la red por medio de un sistema llamado LearnLink.

Las tareas se imparten "en línea". Los estudiantes tienden a hacer sus investigaciones más por esa vía que en la biblioteca. Y aun los tradicionales apuntes de clase se cargan en boletines electrónicos en la red para imprimirlos después de clases.

Por eso, cuando el servidor de la computadora de Emory se paralizó durante un par de horas hace algunas semanas, mucha gente se sintió desubicada. "Mucha gente estaba confundida", dice Sridharan. "No podía hacer sus tareas".

A medida que aumentan las innovaciones, la internet se va tornando más vital para muchos jóvenes.

Crystal Cienfuegos halló un empleo en relaciones públicas por la internet. Envió su currículum por la red, convino una entrevista personal por medio de corros electrónicos y se aseguró el empleo con una prueba escrita... por la internet.

"Hoy día, una persona empleada en una compañía puede estar coordinando entrevistas vía Hotmail a la hora del almuerzo y consiguiendo un nuevo empleo sin dejar su escritorio", dice Cienfuegos, de 25 años, de Long Beach en California. "Es muy divertido, excepto para el propietario de la empresa".


Fuente: Agencias/NuevoHerald

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