martes, octubre 19, 2004

Nuevas ventanas de oportunidad

El CEO del gigante del software dice que que encargó un estudio interno para saber qué otros productos generaron tanta ganancia como Office; y ni los cigarrillos Camel ni los medicamentos más exitosos igualan la cifra.

El futuro de Microsoft, según Steve Ballmer

Hasta ahora, no tuvo suerte a la hora de convencer al mercado de que Microsoft tiene por delante sus mejores días. Los inversores dudan que la firma encuentre nuevas fuentes de crecimiento que igualen a su sistema operativo Windows y el paquete Office, que por sí sólo arrojó ganancias operativas anuales de entre u$s 6.500 y u$s 7.500 millones.

Es domingo a la noche y Steve Ballmer está sentado en su habitación de un hotel de Knightsbridge, Inglaterra, riendo y hablando con una voz que retumba. Hace 29 horas que no duerme y el lunes tendrá un día repleto de reuniones, pero eso no lo detiene.

Si su entusiasmo fijara el precio de las acciones de Microsoft, la compañía hoy valdría más de u$s 307.000 millones. Pero pese a que sus ganancias operativas crecieron 2,5 veces en los últimos seis años, sus acciones están a la mitad del nivel que tenían cuando Balimer reemplazó como CEO a Bill Gates, en enero de 2000.

"Podría decirse que las expectativas sobre nosotros en los mercados financieros nunca fueron tan bajas como hoy", dice. "En nuestras reuniones, nos preguntan: ¿Crecerán dos dígitos todos los años?. Es posible, pero no me comprometeré a eso...Creo que es clave decirle a la gente qué se está haciendo para impulsar el crecimiento, y luego el mercado puede creer o no", señaló Ballmer.

Más rentable que Camel

Aun si tuviera vía libre para entrar a mercados nuevos, ésa sería una tarea dura. Ballmer dice que encargó un estudio interno para saber qué otros productos generaron tanta ganancia como Office; y ni los cigarrillos Camel ni los medicamentos más exitosos igualan la cifra. "No le diría a la gente que vamos a lograr eso con un solo producto, sino con una cartera", aseguró. Pero Microsoft no tiene vía libre. En los últimos años, recibió presiones de los entes reguladores y de la competencia para que cambie su estilo.

Una de las metas de Ballmer al convertirse en CEO fue hacer "más amable" a Microsoft. El competitivo Gates, que sigue como presidente, personificaba el lado agresivo de la firma. En ese sentido, Ballmer dice que progresó, pero admite que pocos le creen.

Lo que le pase en Europa podría ser crucial. Microsoft llegó a un acuerdo en los Estados Unidos, pero su pelea con la Comisión Europea puede prolongar hasta el Viejo Continente su reputación de inflexible.

Pero no basta con hacer de Microsoft un gigante más amable, dice Ballmer. "Les decimos a nuestra gente que nos basamos en dos pilares. Tenemos que ser sensibles a innovadores", cuenta.

Ese es el mayor desafío, ya que requiere que Microsoft no sólo haIle nuevos productos rentables, sino también que los produzca antes que sus rivales. Todavía la firma tiene fama de ser una compañía que ejecuta bien, pero sigue a los otros. Lo demostró con su browser de Internet y hace poco con su buscador (donde siguió a Google) y con la música digital (donde va detrás de Apple).

"Debemos esforzarnos cada día, y creo que hay áreas en las que nos va súper bien", aseguró. Una de ellas es la telefonía movil. Microsoft trató de impulsar una versión de su software Windows para usarlo en los celulares.

Otra área de crecimiento es la de los servicios vinculados con los programas Microsoft. Ballmer dice que podría brindar soporte a Pymes y clientes hogareños. El tercer campo es el software que permite alas compañías de cable y teléfono distribuir programas de TV por ADSL. "Hay suficientes televidentes para crear una gran oportunidad. Sólo cobramos a los operadores de cable una suma pequeña", afirma Ballmer.

Pese a todo, los inversores son escépticos y descreen que Microsoft dominará esas áreas como la de la computación personal. Las empresas de cable, de medios y las telcos no darán tal solidez a una empresa de software; y tienen un gran poder para evitarlo.

"Ser más amables no significa ser menos competitivos. Siempre tuvimos, y vamos a tener, competencia. Todos los días nos vamos a preguntar: '¿Estamos ofreciendo más valor que ellos?, y cuando la respuesta sea no, diremos: 'Debemos solucionarlo'."


Fuente: El Cronista

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