miércoles, abril 21, 2004

PROBLEMAS EN EL REPARTO DE PODER: EL COMPLEJO ACCIONARIADO DE TELECOM ITALIA RETRASÓ SU FUSIÓN CON TELEFÓNICA

La delicada situación financiera de Telecom Italia contribuyó a tensar los términos de las negociaciones.

PROBLEMAS EN EL REPARTO DE PODER: EL COMPLEJO ACCIONARIADO DE TELECOM ITALIA RETRASÓ SU FUSIÓN CON TELEFÓNICA

La compleja estructura accionaria de Telecom Italia supuso un serio traspié para las aspiraciones corporativas de Telefónica, hasta el punto de que impidió “poner sobre la mesa algún acuerdo concreto sobre el reparto de poder”, explicó a El Confidencial un interlocutor en las negociaciones entre las dos operadoras.

La compañía italiana es una madeja de socios. Así, su presidente, Marco Tronchetti, ha perdido su condición de accionista de referencia para convertirse en mero ejecutivo, mientras que los verdaderos propietarios de la operadora (familia Benetton, el financiero Emilio Gnutti, Banca Intensa, Unicredito...) tienen comprometido un riesgo sumamente elevado en esta inversión.

La delicada situación financiera de Telecom Italia contribuyó a tensar los términos de las negociaciones. Como ayer explicaba este diario, Olivetti suscribió una línea de crédito de 9.000 millones de euros para financiar su fusión con la operadora italiana a mediados de 2003. Más tarde, la teleco tuvo que hacer frente a una emisión de obligaciones por valor de 3.000 millones de euros.

“A pesar de los brillantes resultados obtenidos por Telecom Italia, el peso accionarial de su presidente es ya nulo y, por tanto, sólo está interesado en mandar, lo mismo que puede querer para sí mismo Alierta”, asegura el mismo interlocutor. “Tronchetti perdió su condición de inversor y eso es un problema difícil de resolver para hacer cualquier operación”.

A pesar de su aparente situación de inestabilidad, Tronchetti cuenta con el respaldo de Lazard, su banco de negocios de cabecera. Representado en Italia por su íntimo amigo Gerardo Bragiotti, la firma francesa se ha convertido en uno de los principales valedores del primer ejecutivo, al que acompañó en la entrada en Telecom Italia, desbancando al anterior presidente, Roberto Colannino.

Desde Madrid, César Alierta y un reducido grupo de ejecutivos de la operadora han estado recibiendo cumplida información sobre la evolución de la compañía italiana, sorprendidos por las complicaciones que aparecían por culpa del complejo entramado de intereses que esconde su accionariado. “Este factor hacía que la operación no estuviera lo suficientemente madura para que saliera”.

Aunque nada ha trascendido sobre los términos de la fusión, se daba por descontado que con esta iniciativa Alierta se garantizaba otros cuatro años más al frente de la operadora. Sin embargo, ante el vuelco electoral producido por el 14-M y a pesar de las favorables perspectivas de la operación, el presidente de Telefónica ha considerado que no debía seguir avanzando en algo que podría ser interpretado por algunos como una huida hacia delante para salvar su situación personal.



Fuente: El Confidencial

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