lunes, diciembre 22, 2003

Nuestra opinión: los dueños del negocio de la música envasada deberían preguntarle a Steve Jobs qué hacer para comercializar música en la Red y dejar de quejarse de los adolescentes que intercambian MP3's

Revés para la industria musical en su lucha contra la piratería

Con una caída del 26% en sus yentas desde 1999 por la creciente piratería en Internet, la industria de la música ha tomado por fin en serio la tarea de hacer frente al problema.

Puso en marcha una serie de incentivos para que los aficionados a la música se alejaran de los servicios ilegales en la Red y volvieran a hacer compras legítimas.

Entre sus tácticas estaba la creación de sitios de venta en Internet, demandas contra los usuarios de servicios de descarga ilegales y el recorte de los precios mayoristas por una de las grandes compañías del sector.

Algunas de estas estrategias parecieron funcionar. Las ventas en lo que va de año todavía son un 2,2% menores que las de 2002, pero esta cifra representa una mejora considerable respecto de principios de año, cuando el descenso rondaba el 9 por ciento.

Sin embargo, el avance quedó en suspenso a raíz de la sentencia emitida por una corte estadounidense el viernes.

Un tribunal federal de apelaciones ha prohibido un componente clave en la ofensiva legal de la industria de la música contra la piratería musical en Internet.

El tribunal federal de apelaciones de Washington DC revocó un fallo emitido por una corte inferior que ordenó a Verizon Communications Inc. que proporcionara la identidad de los clientes sospechosos de compartir música por medio de servicios peer-to peer (P2P) de Internet.

El fallo pondrá más trabas a la industria discográfica para obtener información sobre la identidad de aquellos que intercambian música on line con más frecuencia, y así obstaculizará en gran medida la capacidad de las discográficas para presentar largas series de demandas contra los individuos sospechosos de distribuir música en línea.

En septiembre pasado la industria comenzó a presentar cientos de demandas contra individuos sospechosos de compartir grandes cantidades de música on line, táctica que tiene el propósito de impedir el creciente intercambio de archivos de música a través de Internet lo que ha contribuido a un grave descenso en las yentas de música.

"Todos los que se enteran de estos casos se quedan pasmados por su arbitrariedad", dice Tim Davis, un fotógrafo de Nueva York y profesor asociado en la Universidad de Yale que fue demandado por la Asociación de la Industria Discográfica de América (RIAA) y últimamente alcanzó un acuerdo extrajudicial por US$ 10.000.

Pero ahora el arma legal de la industria podría verse drásticamente debilitada, justo cuando comenzaba a verse que al menos tenía cierta efectividad.

De acuerdo con datos reunidos recientemente por Nielsen SoundScan, el descenso de las yentas de música comenzó a detenerse radicalmente casi en la misma fecha en que se presentaron las demandas, junto con una gran publicidad.

Los datos muestran que las yentas de álbumes y temas sencillos en formato de CD habían caído en el año durante 34 de las 36 semanas anteriores al comienzo de la ofensiva legal. Sin embargo, desde que se presentó la ola inicial de demandas, las yentas semanales habían ascendido, sobre una base anual, durante 11 de las 14 semanas.

Hasta principios de septiembre, las yentas anuales habían descendido en un 8,4% con relación al mismo período de 2002; la semana pasada, las ventas habían repuntado to suficiente como para situarse a un descenso de tan sólo el 2,2% para el año.

Al mismo tiempo, los datos de Nielsen NetRatings muestran que el uso de Kazaa, el mayor de los servicios P2P, ha disminuido drásticamente, de una máxima de más de 17,4 millones de usuarios únicos al mes en marzo, a 7,6 millones en octubre. Otros servicios similares no han mostrado descensos tan pronunciados, pero su audiencia ha disminuido.

Al no sentir los usuarios de música on line la presión de la batalla legal, esa tendencia se ve ahora seriamente amenazada. La RIAA, que representa a las principales compañías discográficas, ha citado una sección de la ley de 1998 sobre derechos de autor en el mundo digital para forzar a Verizon a que entregue los nombres de dos usuarios que creía que estaban compartiendo archivos musicales ilegalmente.

Hasta el momento, con tan sólo presentar un impreso en el juzgado, los abogados de la RIAA podían obtener automáticamente citaciones forzando a los proveedores de servicios de Internet a que entregaran los nombres de las personas con cuentas de Internet sospechosas. Ahora, sin embargo, los abogados de la RIAA necesitarán de un proceso más oneroso y caro que implica presentar demandas contra acusados anónimos y luego obtener citaciones para obtener la identidad de los usuarios de un juez. "Es una tremenda victoria para todos los usuarios y consumidores de Internet", dijo Sarah Deutsch, abogada de Verizon. "Se trataba de una expedición de pesca on line".



Fuente: La Nación

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