Viene la luz, y también Internet
Estiman probable que aún deba pasar un año o más, antes de que el BPL o servicio de Internet por la red eléctrica sea de acceso generalizado.
En EEUU apuestan por la banda ancha a través de la red eléctrica
El acceso a Internet de alta velocidad suele llegar a los hogares a través de uno de estos dos cables: una línea telefónica para abonados (DSL) o un cable coaxial en el caso de los usuarios de cablemódem. Sin embargo, una nueva tecnología llamada banda ancha por línea eléctrica (conocida como BPL por sus siglas en inglés), pronto podría ofrecer a los hogares la posibilidad de un tercer cable, que ahora canalizaría la información de alta velocidad mediante una toma eléctrica común.
La BPL es lo máximo en enchufar y usar. Los usuarios conectan un pequeño módem eléctrico en cualquier toma de la pared y luego conectan el módem a una computadora con USB o Ethernet, o por una conexión Wi-Fi. El atractivo de la BPL es que la mayor parte del cableado para la red ya está instalado. Si bien es necesario dirigir la información por la red eléctrica para evitar interferencias y degradación de la señal, no hay necesidad de romper la calle ni de cambiar cables de una casa.
La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de los Estados Unidos dispuso recientemente un cambio de normas para impulsar esa tecnología con la esperanza de que haya mayor acceso a la banda ancha y de alentar la competencia entre proveedores.
Lo más probable es que aún deba pasar un año o más antes de que el servicio de Internet por la red eléctrica sea de acceso generalizado, pero se estima que la disposición de la FCC alentará la inversión en BPL por parte de servicios públicos.
La idea de utilizar las líneas eléctricas para transmitir información no es nueva. Hay empresas que trabajan en ello desde hace diez años. El principal desafío técnico fue cómo enviar energía de frecuencia de radio por las líneas eléctricas sin interferir con otras señales de radio, sobre todo en el caso de los aficionados y las frecuencias de seguridad pública.
La disposición de la FCC establece bandas de frecuencia que las señales de BPL deben evitar para proteger las comunicaciones aeronáuticas y de la Guardia Costera, y crea una base de datos de acceso público para resolver quejas por interferencia perjudicial por operadores de radio privados.
En los Estados Unidos, la BPL se probó en muestreos limitados durante varios años, muestreos que comprendieron unos 5.000 clientes. Cinergy, una empresa eléctrica del Medio Oeste, ofreció hace poco BPL a hogares de la zona de Cincinnati a 30 o 50 dólares por mes según la velocidad de la conexión. La empresa señala que espera que haya equipo de BPL en más de 50 mil hogares para fin de año. Cinergy también ofrece BPL a pequeñas compañías municipales y cooperativas de electricidad, sobre todo en las zonas rurales.
La incorporación de un canal de datos a las líneas eléctricas también puede suponer ventajas para los servicios públicos. Al reservar una parte del canal de datos de BPL para sí, las empresas eléctricas pueden usar la red para detectar problemas y brindar soluciones a distancia en lugar de enviar personal técnico.
Las empresas de servicios públicos podrían instalar interruptores y medidores dependientes de Internet y ofrecer así lectura de consumo automática, manejo de la demanda eléctrica y tarifas por banda horaria.
Si bien la BPL es prometedora, aún hay puntos inciertos respecto de esta tecnología. Un comisionado de la FCC, Michael J. Copps, disiente en parte con la reciente medida de la Comisión y sostiene que el organismo no logró solucionar ciertos temas, por ejemplo, si los clientes deben pagar tarifas mensuales más altas para subsidiar la incursión de las empresas en el campo de la banda ancha.
Copps y otros destacan que los Estados Unidos quedaron rezagados en los últimos tiempos en lo que se refiere a la banda ancha. El país se ubica en el decimotercer lugar del mundo en penetración de la banda ancha, detrás de países como el Japón, Corea, Dinamarca e Islandia. Muchos piensan que la razón principal es el costo. Mientras los estadounidenses pagan entre 40 y 50 dólares mensuales por una conexión de cablemódem o DSL, los japoneses, por ejemplo, pagan entre 10 y 15 dólares mensuales por conexiones más rápidas. Los consumidores de banda ancha estadounidenses, en pocas palabras, obtienen menos servicios por lo que pagan.
¿La B.P.L. abaratar á el costo de la banda ancha? La empresa Cinergy dice que una conexión de BPL podrá competir con el DSL y el cablemódem.
Aún está por verse si el tercer cable que ingrese a los hogares resulta ser una alternativa más barata o si se parecerá a la tercera estación de servicio en una misma cuadra, que compite con precios muy similares.
Fuente: NYT y Clarín.
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