miércoles, marzo 12, 2003

LA GUERRA QUE VIENE: DESPLAZAMIENTO DE TROPAS EN LA CAPITAL IRAQUI

En Bagdad cavan trincheras y esperan una lluvia de bombas

Los iraquíes intentan llevar una vida normal, pero hacen apuestas sobre
cuándo será el ataque de EE.UU. El enviado de Clarín recorrió la ciudad y
habló con la gente, que se prepara para la guerra.


A Bagdad le quedan muy pocas señales de su esplendor de Las Mil y Una
Noches. Apenas los minaretes de las innumerables mezquitas, el Tigris que
sigue transcurriendo calmo y marrón como cuando el hombre se estableció en
la Mesopotamia para comenzar la Historia y unos pocos personajes que andan
por la calle vestidos como cuando el califa Abu Yafaar al Mansur fundó la
ciudad en el año 762. El resto es una urbe común árabe, muy contaminada, con
un tránsito infernal y un aspecto gris. Lo único fuera de lugar, lo
increíble, es que estos cinco millones de iraquíes continúen con una vida
totalmente normal mientras pende sobre sus cabezas la amenaza de una lluvia
de 3.000 bombas.

La inminencia de un ataque estadounidense sólo se podía percibir ayer en un
discreto desplazamiento de soldados artillados detrás de una pila de bolsas
de arena en algunas esquinas clave y en los cientos de periodistas que
provocan embotellamientos frente al Ministerio de Informaciones, el único
lugar donde está permitido escribir o enviar las notas a las redacciones.

En el resto, todo sigue como en los últimos 20 años, cuando Saddam Hussein
tomó el poder que ya mantenía desde hacía tiempo detrás del trono. Policías,
espías y agentes de todo tipo, forma y medida en cada cuadra, esquina,
mezquita, barrio, edificio de departamentos, calles, avenidas y,
probablemente, por debajo de las alcantarillas. Y por encima de todos ellos
la presencia imponente de "el jefe", como llaman todos aquí a Saddam.

No hay comentarios: