miércoles, abril 27, 2005

¿Es inevitable que la bolsa corrompa a las empresas?

¿Es inevitable que la bolsa transforme a las empresas innovadoras?

El Lado Oscuro de Google

Después de obtener unos beneficios espectaculares contribuyendo a crear una nueva forma de publicidad; de abanderar encomiables iniciativas culturales; de crear una marca que está entre las más reconocidas y valiosas del mundo gracias a su lema 'No Hacer el Mal'... parece que las reiteradas subidas bursátiles están paradójicamente arrastrando a Google al Lado Oscuro.

Por un lado, van a empezar a colocar anuncios en forma de 'banner' no relacionados con los términos de búsqueda, es decir, publicidad convencional. Por otro, han creado una Historia Personal de búsquedas que puede ser muy útil, pero también un peligro para la privacidad. Parece que la incesante búsqueda de rendimientos crecientes está empezando a erosionar la visión fundacional de Google; era de prever, y no es un grave problema. Porque si se pasan mucho, les abandonaremos sin piedad.

Todavía no han cancelado el famoso 20% del tiempo para proyectos propios que dejan a sus ingenieros, pero parece que Google ha iniciado ya el camino que lleva a convertirse en una gran empresa. Todo por los ingresos, aunque ese 'todo' incluya violar los principios fundacionales y abandonar la cultura que los hizo fuertes en un principio. No es la primera vez que ocurre, no será la última, y en este caso se lleva prediciendo tiempo. Da pena verlo, pero es inevitable: una consecuencia del crecimiento y la formalización.

Cuando una compañía sale a bolsa pasa a vivir por trimestres, con la espada de damocles de que sus resultados no convenzan a los mercados. Si esto ocurre, las acciones bajan, lo cual hace infelices a los accionistas, que se ocupan de transmitir esa infelicidad a los directivos de la empresa que, por simple reflejo defensivo, intentan tener algo que enseñar para defenderse: lo más sencillo, nuevas fuentes de ingresos o nuevos recortes de gastos.

Así se lanzan nuevos negocios que violan el espíritu fundacional de la empresa. Así se recortan presupuestos de investigación (que no tienen rentabilidad instantánea), se cicatean los dineros de operación, se recortan contrataciones. Los trabajadores cada vez tienen más trabajo, que cada vez se hace más insoportable, lo cual reduce la calidad de lo producido. El producto se resiente. Los clientes lo notan, la marca sufre y la demanda baja; los ingresos muestran el problema, las acciones bajan, y el circulo se cierra: los accionistas, infelices, reparten generosamente su infelicidad.

Se llaman empresas maduras, y el ciclo es casi imposible de evitar. Google se las ha arreglado durante varios años para evitar este destino, pero parece que definitivamente el destino les está atrapando. Es posible que Google acabe siendo un Yahoo!, o peor, un Microsoft, respetado y temido por su poder, pero despreciado y aborrecido por su dominancia. Claro que en el caso de los buscadores esa dominancia es ilusoria y fugaz: hizo falta menos de un mes para que Internet abandonara en pleno AltaVista, el anterior favorito, por Google. Y candidatos no faltan. No hay por qué preocuparse: si la conversión de Google al Lado Oscuro se consuma nadie resultará perjudicado. Sólo ellos.


Fuente: Navegante

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