Blackberrys, la última moda de Wall Street
Tiene 6 millones de suscriptores. En un año pasó de facturar u$s 594 millones a los u$s 1.350 millones.
Blackberry, el dispositivo de moda
La proliferación de celulares con mayor cantidad de funciones y de computadoras de mano que también tienen telefonía, hizo que recibir un e-mail no fuera un atributo exclusivo de una PC. Sin embargo, una empresa canadiense detectó una necesidad de los ejecutivos de Wall Street: la de vivir conectados a la casilla de correo del trabajo las 24 horas con un dispositivo propio.
Sin embargo, ni los mismos inventores de la idea sospecharon que la capacidad de recibir y enviar mails de trabajo todo el tiempo iba a tener tanto gancho. En Nueva York, la capital de las finanzas del mundo, más de dos millones de personas se suscribieron a Blackberry. En cada esquina de las zonas financieras de la Gran Manzana, que tras el atentado del 11 de septiembre, se reparten en torno al New York Stock Exchange (NYSE) y al centro de Manhattan, es usual ver a la gente completamente dedicada a su Blackberry. El fenómeno se extiende a estaciones de subte y trenes, taxis, o cualquier transporte en el que se desplacen los ejecutivos. Sus ojos están enfocados en el juguete nuevo.
Los nuevos dispositivos corrieron de boca en boca en un fenómeno de marketing viral. "Los profesionales dedicados al mundo de la tecnología comenzaron a comentarse entre sí que Blackberry era fácil de instalar y de usar", explicaron los creadores a la prensa estadounidense. La empresa, que ya tiene 6 millones de suscriptores, en un año pasó de facturar u$s 594 millones a los u$s 1.350 millones en su último balance, cerrado en marzo.
El equipo se convirtió en uno de los más vendidos en la cadenas de electrodomésticos Circuit City entre los aparatos wireless (sin conexión con cable). Una vez que los ejecutivos se enamoraron de los Blackberrys, se apuntó hacia profesionales de otras áreas, como médicos, constructores de edificios y encargados de distribución y logística. Para muchos, la manía de trabajar las 24 horas se agudizó. Para las esposas quejosas que acusaron a Blackberry de robarles el tiempo de su marido, la compañía les sugirió que alquilaran el servicio, para que puedan vivir tan "conectadas" como ellos.
Radio digital
El otro chiche que están adorando los neoyorquinos es la radio digital. Cuesta u$s 10 mensuales y permite escuchar más de 100 emisoras con la mejor calidad de sonido. Aunque sólo alcanza los 200.000 clientes, tiene la ventaja de que no es supervisada por el organismo regulador, porque no está disponible a todo el público. De esa forma, los locutores rebeldes, como Howard Stern (una suerte de Mario Pergolini, pero más zafado), pueden usar lenguaje callejero sin temor a ser multados. Y lo mismo aplica para Jerry Springer, rey de la tele-basura, cuyos programas son ocupados por esposas engañadas e insultos al por mayor. Aunque con otro formato, quienes quieren escuchar las miserias humanas que difunde el programa, pueden hacerlo sin obstáculos.
Fuente: El Cronista
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