jueves, julio 10, 2003

TV DIGITAL: Un fracaso que costó U$S 3.000 millones

En los últimos cinco años han cerrado en Europa 150 canales de televisión de pago, la mayor parte de ellos por un plan de negocio deficiente. El colapso de esta gran cantidad de canales de televisión digitales ha costado a los inversores europeos casi 3 billones de euros en los últimos seis años, según el estudio Pay TV Business Planning, publicado por International Marketing Reports.

Alguno de los 150 canales que han cerrado durante estos años podrían haberse salvado simplemente si sus gestores y administradores hubieran obedecido a reglas muy básicas del mercado, según el estudio del que ayer se hacía eco el diario británico The Guardian, y que explica que el mercado de la televisión de pago en Europa Occidental tiene un valor de 29 billones de euros, que será más del doble en 2008. Pay TV Business Planning culpa a la recesión del mercado publicitario de alguno de los recientes cierres de canales, pero sostiene que la mayor parte de los fracasos ha estado precedido de unos deficientes principios empresariales y una mala planificación.

David Brown, autor de Pay TV Business Planning, se asombra de los errores cometidos por aquellos que debían planificar las operaciones de la televisión de pago y asegura que en gran parte de los fracasos las cosas habrían ido mejor sólo con haber mantenido un control severo de los gastos. Por ejemplo, entre los cierres recientes en Gran Bretaña se destaca el caso de Money Channel, donde se despilfarraron millones de libras sólo en la construcción de los estudios, algo que llevó a la bancarrota a uno de sus principales avalistas, el cantante pop Adam Faith.

El estudio añade que la expansión de este sector ha venido acompañada, inevitablemente, de una competencia creciente entre los proveedores de contenidos y señala además que la tecnología digital ha intensificado la competencia entre los canales y los productores de contenidos.

El pastel es grande, pero hay que dividirlo entre cada vez más comensales, y al tiempo se observa una tendencia hacia la consolidación e integración vertical en el terreno de la distribución que conduce a un mayor poder de las compañías principales. Todo esto supone un recorte de los proveedores de los canales, ya bajo la amenaza de una competencia creciente. La supervivencia para los canales más pequeños y débiles se ha tornado casi imposible. La ventaja es para aquellos que pertenecen a grandes grupos y que aglutinan a un número suficiente de cadenas que pueden beneficiarse de las economías de escala y del poder de las marcas, que supone también poder para negociar.

Los grandes no pueden permitirse el lujo de ser complacientes con los posibles competidores de otras áreas de los medios y el entretenimiento. MTV, por ejemplo, se enfrenta a duras batallas por toda Europa por los servicios locales. Y esta competencia no es mucho menor en Gran Bretaña, donde Emap ha lanzado numerosos canales y BSkyB planea crear tres cadenas musicales este mismo año.

Fuente: Mediabriefing

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