Dicen que el negocio de las llamadas por la red se multiplicaría por ocho en los próximos tres años
El modelo tradicional de tarifas telefónicas sería reemplazado por el de tarifa plana, el formato que manda en la red.
Dicen que el negocio de las llamadas por la red se multiplicaría por ocho en los próximos tres años
Algunos creyeron ver el espectro de la burbuja a mediados de septiembre, cuando el especialista de las subastas online, eBay, accedió a pagar 2.600 millones de dólares por , Skype , una pyme en pérdidas, dedicada a la telefonía por Internet y que este año facturará unos 60 millones de dólares.
A diferencia de los eufóricos años noventa, esta vez la transacción se apoya sobre una base tangible: millones de consumidores a quienes se espera convencer para que multipliquen sus gastos en Internet.
Para eBay, enclaustrada en un negocio con tenues perspectivas de crecimiento, la absorción de Skype equivale a comprar 54 millones de usuarios registrados, a los que tratará de atraer hacia servicios relacionados con el comercio electrónico y la publicidad. Entre otros ejemplos, se puede imaginar que un concesionario de coches pague a eBay una tarifa por la inclusión en su sitio web de un botón interactivo, que permitiría a los eventuales compradores comunicar directamente con el vendedor a través de internet, sin que ninguna de las partes tenga que pagar el costo de la llamada.
El modelo económico de Skype es seductor. Se basa en atraer masivamente a los usuarios hacia la parte gratuita del servicio, y luego introducir servicios adicionales, entre ellos uno de videoconferencia en preparación. Ésta es la jugada, pero no todos los observadores ven claro que la puesta se justifique. "Si eBay buscaba la tecnología, hubiera podido comprarla más barata, o incluso desarrollarla", comenta John Delaney, de la consultora londinense Ovum. En su opinión, el precio es excesivo, porque los presuntos clientes son tan potencialmente rentables como volátiles. De todos modos, la misma consultora estima que el mercado de la telefonía por internet se multiplicará por ocho en los próximos tres años, arrancando a los operadores convencionales una buena tajada de ingresos.
Más que el número de usuarios registrados que han descargado el software -y que luego pueden usarlo o no- hay que fijarse en el tráfico. Sólo hay datos de Estados Unidos, donde Skype tendría una cuota del 46% de los minutos cursados por internet. Esto explica que otras compañías se hayan interesado por Skype. Microsoft, Google y Yahoo intentaron comprarla para dar más proyección a sus respectivos servicios de mensajería electrónica.
Que tales intenciones, ciertas o no, no se consumaran por discrepancias acerca de la valoración que merece Skype, no cambia la intensidad de la competencia. Se calcula que hay un millón (sí, un millón) de firmas que comercializan llamadas telefónicas a través de internet, una tecnología que no tiene méritos mayores. Y aunque ninguna de ellas es comparable con Skype, hay donde escoger.
Google está teniendo éxito con GoogleTalk, su servicio gratuito de llamadas entre ordenadores, y se dice que prepara otros anuncios en campos afines a la telefonía. Yahoo se ha hecho con el control de Dialpad , una empresa del mismo ramo que pronto será incorporada a los servicios del portal. Por su parte, Microsoft ha comprado . Teleo , una empresa californiana que ha desarrollado un software para gestionar desde Windows llamadas por internet, y que será el núcleo de una nueva prestación del portal MSN.
Pero todas estas iniciativas representan sólo una parte del mercado potencial de unas tecnologías que se agrupan comúnmente bajo la sigla Vo-IP (Voice on Internet Protocol). Rupert Murdoch, que últimamente invierte mucho en internet, suena como presunto interesado en Vonage. Esta empresa sigue una fórmula diferente: en la práctica actúa como un operador que va por libre, ajeno a toda regulación y atrapando clientes de las telefónicas y redes de cable. Al parecer, Vonage - propiedad de un fondos de capital riesgo- tiene sus planes, porque ha encargado a tres bancos de inversión que preparen una salida a bolsa. Con un millón de suscriptores en Estados Unidos (recientemente ha entrado en el Reino Unido), su valor potencial se calcula en no menos de 1.500 millones de dólares.
Todos estos movimientos arrojan sombras sobre las cuentas de los operadores telefónicos. Su modelo tradicional de facturación, basado en una ecuación formada por acceso, tiempo y distancia, se agota irremediablemente. Más temprano que tarde será reemplazado por el de tarifa plana, que prevalece en internet. Al mismo tiempo, las infraestructuras evolucionan hacia las redes IP; en realidad, estas ya transportan la mayor parte del tráfico entre centrales; sólo falta universalizar el acceso de los usuarios finales.
No es tanto el abonado residencial el que inquieta a los operadores, sino el empresarial. Es casi imposible que las empresas confíen en sistemas como Skype para la gestión de su telefonía, pero podrían emigrar hacia otras propuestas también basadas en redes IP: no sería otra cosa que tratar la voz como datos. Las autoridades reguladoras europeas han acordado no intervenir en el emergente mercado VoIP, por entender que su sola existencia les ayuda a presionar sobre los precios. A su vez, los operadores se sienten seguros de que en un mercado abierto, no regulado, podrán ofrecer a los consumidores las virtudes de una telefonía de bajo coste con la confianza que inspiran sus marcas de toda la vida. En este contexto, se entienden las razones por las cuales Telefónica- como otros operadores europeos- prepara el inminente lanzamiento de una oferta propia de telefonía por Internet.
Fuente: La Vanguardia/Clarín
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