jueves, abril 22, 2004

La Nueva Economía regresa de entre los muertos

La Nueva Economía regresa de entre los muertos

Dicen que el momento de invertir en tecnología es ahora

Los resultados empresariales del sector tecnológico son buenos o muy buenos. El Valle del Silicio vuelve a los beneficios. Se habla abiertamente de recuperación económica de la cosa tecnológica y del fin del penar bursátil. El inicio de la nueva burbújula tecnológica tiene hasta fecha: al margen de discusiones sobre el método, está claro que la salida a bolsa de Google será el pistoletazo de una nueva (y esperemos que benévola) hinchazón bursátil. Por eso ahora es el momento de invertir, pero en España, no en EEUU; y en nuevos proyectos, no en salidas a bolsa. La máxima rentabilidad se obtiene creando, no participando en la creación de otros.

Tradicionalmente las 'fiebres' inversoras tardan al menos un año en cruzar el Atlántico y algo más en asentarse en España. De modo que la actual manía de inversión en nuevas compañías que amenaza a Silicon Valley no se espera arribe a nuestras costas hasta otoño/invierno como muy pronto. Para mediados del 2005 la nueva expansión bursátil de la tecnología estará en plena sazón, si Google cumple con lo esperado. El mercado español empezará a despertar para principios de 2005. El que quiera jugar sobre seguro ganará menos, pero tiene tiempo.

Una posibilidad es acudir a la salida a bolsa de Google (y a las que seguirán), como acudieron (en romería) a las de tantas empresas del sector en su momento, esperando que la multiplicación del precio de las acciones en una nueva locura colectiva les haga ricos de la noche a la mañana. Asegurando con su propia presencia esta multiplicación; arrebatándose las acciones a cualquier precio y disparando hasta la estratosfera el valor de cualquier acción con sufijo .com.

Claro, que este fenómeno puede acabar en situaciones como la de Terra.

Las salidas a bolsa benefician sobre todo a los 'insider' y en especial a los bancos de inversión. Los inversores particulares son los que acaban pagando los platos rotos, pero el dinero se lo llevan los grandes fondos de inversión (que compraron en rondas anteriores), los ejecutivos de otras empresas del ramo (avisados/intermediados por los bancos), los propios bancos con sus tácticas de asignación condicional de bloques en las salidas... En suma: acudir como minoritario a una salida a bolsa es poco menos que hacer el primo. Comprar después, cuando la acción se ha disparado, más.

Pero si no se quiere esperar y no se quiere acudir a una salida a bolsa hay otra alternativa. La inversión en nuevas compañías es barata, porque son pequeñas, pero puede ser muy rentable, porque se hacen grandes. Imagine entrar en Google no en 2004, sino en 1999. ¿Cuánto valdría su inversión en múltiplos de 100?

Y el momento es ahora, un año antes de que el mercado despegue, para que cuando la ola comience a subir la empresa (su empresa) ya esté en condiciones de navegar la subida, con un año de experiencia, conocimiento del mercado y penetración de marca a sus espaldas.

Es el momento de nuevos proyectos e ideas; de que se abran 100 flores en medios, tiendas online, estudios de diseño web, servicios remotos, albergue y hospedaje de servidores, multimedia... y muchas otras categorías creadas y aún por crear. Es el momento de los visionarios, creativos y financieros, el momento en el que las fortunas se hacen. En un país en el que el acceso y el uso de la Red crecen al ritmo al que lo hacen en España, y existe el potencial del mercado idiomático en español, queda mucho por hacer; mucho que conquistar y mucho que ganar. Siempre que el camino se inicie ahora.


Fuente: El Mundo

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